domingo, 3 de octubre de 2010

PROGRAMA Nº 29 02/10/10

APERTURA
UNA JORNADA DE CAZA

Por JULIO GUERRIERI

Hace 100.000 años. Nosotros los cazadores salíamos temprano durante la salida del Sol. Durante la noche era peligroso. Las mujeres se quedaban en la cueva con los niños. La entrada era tapada con troncos gruesos por varias de ellas para que el oso no pudiera entrar. A los osos les encanta la carne humana. Les dijimos que no salgan a buscar agua, porque las jaurías de lobos podían atacar, como tantas veces lo hicieron, llevándose a nuestros niños.

Marchamos los mejores del clan. Los más fuertes. Era necesario. Se acerca la estación de frío y necesitábamos un Mamut lanudo. Con él tendríamos carne para comer, hueso y marfil para nuestros arpones y piel para los abrigos.

En la estación de las flores, las mujeres recogen muchas semillas. Muchas nos hacen bien, pero otras nos hacen daño y hasta nos hacen dormir para siempre. Todas estas semillas son seleccionadas una por una y nuestras mujeres les enseñan a los jóvenes a reconocerlas y a separarlas. Ellas hablan mucho todo el día. Por eso no pueden venir con nosotros: no tienen fuerza, deben cuidar a los niños y espantarían a las presas.

Llegamos al valle que nuestros guerreros conocen. Allí están los grandes animales. Es posible que alguno de nosotros no regrese esta noche. Su mujer será nuestra.

El Mamut Lanudo no ve muy bien, pero tiene un gran oído. Ante el menor sonido avisará al resto de la manada y saldrán corriendo en alguna dirección. Debemos tener cuidado de que no nos aplasten.

Tenemos lanzas nuevas. Aprendimos que la roca obsidiana corta el cuero y llega al hueso. Es lo mejor que tenemos. Un Mamut herido es incontrolable.

Hicimos un foso no muy profundo para poder sacarlo de allí hace varias lunas y lo cubrimos con matorrales. El viento nos favorece y permanecemos en absoluto silencio durante largas horas.

Por fin, llega el momento: salimos todos corriendo y gritando. Una de las bestias cae en el foso y se clava en el tronco que afilamos con mucho trabajo.

El resto lo hacemos nosotros: las lanzas se clavan en el animal en medio de un frenesí de gritos y borbotones de sangre. El acto no dura mucho. Por fin, bajamos y comenzamos a cortarlo cada uno con el pedazo más grande que pueda llevar. Debemos apurarnos, cae la noche y los lobos se acercan.

Hoy regresamos todos, pero no siempre es así.

Bienvenidos al 29º programa de EL TERCER PLANETA y gracias por estar.


LA PELICULA

"SEÑALES DEL FUTURO" de Alex proyas, con Nicholas Cage y elenco, USA, 2009

En 1959 durante la inauguración de un colegio se le pide a un grupo de alumnos que dibujen cómo será el futuro dentro de los siguientes 50 años. Sus dibujos se guardan en una cápsula del tiempo que es abierta en 2009. Uno de los mensajes está repleto de números. Un profesor de Astronomía del colegio trata de descifrar el extraño mensaje. Se abre el espacio para toda una serie de acontecimientos catastróficos que van a suceder de allí en adelante.
Una historia que recuerda el auge actual por las cápsulas del tiempo. Muy entretenida..


RELATOS CON VALOR AGREGADO
Einstein y la Heladera
Fuente: Neofronetras
Adaptacion: Sergio O Rubinetti

Leo Szilard y Albert Einstein contribuyeron a la historia del siglo veinte, apoyaron el nacimiento de la bomba atómica y se arrepintieron; y puede que ahora, muertos hace tiempo, ayuden a impedir el calentamiento global y eviten, o traten de evitar, el fin del mundo y de la civilización una vez más. En los años treinta Einstein ya había alumbrado la Teoría General de la Relatividad y se le consideraba un genio de la Física. Como en aquella época los genios no estaban especializados, o simplemente eran genios, colaboró con el húngaro Leo Szilard en el desarrollo de un sistema de refrigeración sin partes móviles. Leo Szilard, que había sido alumno de Einstein, hizo su tesis doctoral sobre Termodinámica, así que el proyecto no le era totalmente extraño. Desde 1926 a 1933 trabajaron juntos en este proyecto. Se cree que la mayor parte del trabajo la realizó Szilard, con Einstein actuando más bien como consultor o asesor. En 1930 estos dos hombres sacaron adelante una patente (suiza) de un refrigerador por absorción sin partes móviles que usaba una mezcla de gases para refrigerar y no necesitaba de motor alguno. Aunque en un principio este sistema se llegó a usar en frigoríficos domésticos, al final fue sustituido por sistemas más eficientes que usaban compresores eléctricos y gas freón. Así que el invento de Szilard y Einstein, de Física cotidiana, terminó cayendo más o menos en el olvidó. Hasta hace no tanto, en los sistemas de refrigeración se empleaban gases como el freón que al escaparse a la atmósfera destruían la capa de ozono. Estos gases están ahora prohibidos. Pero los gases que lo sustituyeron no son del todo inocuos y contribuyen al efecto invernadero. No deja de ser una paradoja que para defendernos del calor calentemos más el planeta, tanto por el uso de estos gases en sistemas de refrigeración como por el uso de electricidad proveniente de la quema de combustibles fósiles para alimentarlos. Ahora Malcolm McCulloch, de Oxford University que dirige un proyecto para el desarrollo de dispositivos que puedan usarse sin electricidad, se ha fijado en el antiguo diseño de Einstein y Szilard. Su equipo trabaja en el perfeccionamiento del sistema para que pueda ser usado en frigoríficos domésticos en la actualidad. En el diseño de Einstein y Szilard no se usa freón ni gases similares, se usa amoniaco, butano y agua. Se aprovecha del hecho de que los líquidos hierven a una temperatura más baja cuando la presión disminuye. El efecto es similar a cuando los alpinistas suben a una montaña muy alta, como allí la presión atmosférica es menor que a nivel de mar, el agua hierve a más baja temperatura. De este modo en la cumbre del Everest la temperatura de ebullición del agua es de sólo 69 grados centígrados. A un lado del sistema hay un contenedor denominado evaporador que contiene butano. Cuando se introduce otro vapor en el evaporador la presión decrece y por tanto también lo hace la temperatura de ebullición del butano que, para evaporarse, necesita tomar energía en forma de calor del entorno y así conseguir hervir. Esta es la parte que refrigera. En los sistemas tradicionales un compresor se encarga de cambiar la presión en el sistema y, en general, funcionan mejor que el diseño original de Einstein y Szilard. El calor extraído por el evaporador va a parar al condensador (la rejilla cálida de la parte de atrás de nuestro frigorífico) y de éste al aire circundante. Recordemos que todos estos sistemas no crean frío, sino que trasladan calor de una parte a otra con ayuda de energía. La parte de donde se extrae el calor termina siendo más fría que el entorno. McCulloch cree que utilizando una mezcla especial de gases y mejorando un poco el diseño original se puede cuadriplicar la eficacia del sistema. La única energía que se necesita es la que hay que poner para calentar la bomba, cosa que se podría hacer con energía solar. La idea es buena porque justo cuando más se necesita la refrigeración es cuando más sol hay. Lo bonito del sistema de Einstein y Szilard es que no necesita de partes móviles.
Justo cuando Einstein y Szilard dejaron de colaborar en este proyecto la situación política de su continente se hizo aún más turbulenta, Szilard tuvo que escapar del régimen nazi en 1933, estableciéndose finalmente en los Estados Unidos.Einstein también hizo lo mismo. Recordemos que los dos eran judíos. Una vez en América el húngaro colaboró con Enrico Fermi y juntos descubrieron que era posible la fisión nuclear sostenida del uranio. Hasta entonces Einstein creía que su famosa formula E=mc2 era una curiosidad académica y que nunca se podría transformar materia en energía de forma práctica. Creía que para romper un núcleo atómico se necesitaría tanta energía como la que se podría extraer del sistema. Los intentos de fisión se realizaban por aquel entonces con protones y eran bastante infructuosos. Como tanto el protón como el núcleo atómico tienen carga positiva, es decir del mismo signo, las fuerzas electrostáticas hacen que se repelan, siendo muy difícil la absorción del protón por parte del núcleo. Es la misma razón por la cual es tan difícil la fusión nuclear controlada. Pero en aquella época se dieron cuenta de que el uso de neutrones permitía la fisión nuclear y que la reacción en cadena abría las puertas al arma nuclear. Alemania puso en marcha el proyecto de la bomba atómica. Uno de los que trabajaron en proyecto nuclear alemán fue Werner Heisenberg, un genio de la Física y uno de los padres de la Mecánica Cuántica. En agosto de 1939. Szilard, alertado por el proyecto alemán y conocedor de la posibilidad de crear una bomba basada en la energía nuclear, visita a Einstein para pedirle ayuda. Quería usar la fama e influencia de su amigo. En aquella reunión le habla de la reacción nuclear en cadena y de la factibilidad de construir un arma nuclear, posibilidad que los nazis ya estaban investigando. Le convence para escribir una carta al presidente Franklin Delano Roosevelt en la que le solicitan iniciar un proyecto nuclear norteamericano. Finalmente el proyecto Manhattan de construcción de la bomba atómica fue aprobado, proyecto en el que Szilard participó activamente. Einstein, por su parte, no participó más en nada relacionado con ese asunto una vez enviadas las cartas. Se necesitaron varios años para alcanzar la meta. Cuando las bombas estuvieron preparadas Alemania ya había perdido la guerra, pero Japón seguía combatiendo a los EEUU. Japón no tenía proyecto nuclear en marcha, pero era el responsable del bombardeo de Pearl Harbor. El motivo principal y original para la construcción del arma nuclear había desaparecido, pero ahora otra clase de genio estaba fuera de la botella y en manos de los políticos y asesores. Hubo voces para que las bombas no fueran usadas y Szilard intentó convencer a Harry Truman para que las arrojaran sobre un lugar despoblado a modo de demostración en lugar de sobre población civil. Truman, escuchando a sus consejeros, no hizo caso a Szilard y eligió la última de esas dos opciones con el resultado que todos sabemos. El horror que el uso de las bombas nucleares produjo sobre Szilard le hizo dejar ese campo, pasándose finalmente a la Biología. Luchó el resto de su vida contra la proliferación de armas nucleares y a favor de la paz. Einstein condenó el uso del arma nuclear contra Japón y luchó a favor de la paz y en contra de la carrera de armamentos, participando en la redacción del manifiesto Russell-Einstein que estimuló más tarde las conferencias de paz Pugwash. Cinco meses antes de su muerte dijo que el gran error de su vida fue la carta que envió a Roosevelt. Pasaron décadas de guerra fría y en algunos momentos el mundo estuvo al borde de sufrir un holocausto nuclear. Nos libramos, más o menos, de esa pesadilla, pero sigue agazapada dispuesta a sobresaltarnos mientras que otro inmenso problema se cierne sobre el horizonte: el cambio climático. Los dos científicos ya han desaparecido, pero desde el olimpo de los seres inmortales ayudan una vez más al género humano para que la civilización no desaparezca de la faz de la Tierra víctima de su propia estupidez.

OBSERVAR EL CIELO A TRAVES DE LA RADIO:

Estuvimos Observando Jupiter durante el programa, el sabado 09/10/2010 a partir de las 22:30 Hs, si el tiempo nos acompaña, estaremos con telescopios, binoculares etc.., para apreciar, juntos, al gigante de nuestro sistema solar y sus lunas galileanas en el mayor acercamiento, que no se repetira hasta el año 2022, te esperamos... no faltes
El equipo de El Tercer Planeta

EL LIBRO

"EL SOL BRILLA LUMINOSO" de Isaac Asimov, Plaza y Janes, 235 Págs
Una obra del gran divulgador dedicada especialmente a nuestro Sol. Con un panorama amplísimo sobre la historia, la mitología y la astrofísica de nuestra estrella, Asimov se sumerge en el estudio en particular de los "mínimos de Maunder", un período de la Edad Media donde el Sol práticamente no tuvo manchas durante varias décadas. Estos estudios los recopliló el Astrónomo Edward Maunder quien observó que en la misma época hubo en el norte de Europa una "pequeña edad de hielo". Asimov con su obra de divulgación incentivó el estudio más profundo de este fenómeno en la actualidad. Un trabajo visionario del autor. Excelente.

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