Por:
Julio A. Guerrieri
Cuando
caminamos por la playa distendidos, chapaleando el agua y arrojando alguna roca
al mar en medio de una tarde luminosa y despejada, no nos imaginamos lo que
podría llegar a ocurrir en esos momentos. Una gran nube de plasma solar llega a
la Tierra. Los cielos se encienden a plena luz del día y casi todos los
satélites de comunicaciones dejan de funcionar inmediatamente. Los canales de
televisión dejan de transmitir y las radios de todo el globo quedan mudas. Las
personas tratan de comunicarse con sus familias, pero es inútil: ningún celular
es capaz de funcionar y el pánico comienza a apoderarse de la situación. A esto
se le suma millones de personas atrapadas en los ascensores de todos los
edificios del mundo pugnando por salir. Los subterráneos, detenidos entre
estaciones, hacen caminar a los pasajeros por la oscuridad y ninguna aplicación
de linterna puede prosperar. En los aeropuertos, la cartelera está apagada y
los aviones en vuelo deben aterrizar casi sin instrumentos. Los trenes
eléctricos se detienen en sus vías y los semáforos de las ciudades dejan de
funcionar provocando embotellamientos y accidentes. Muchas centrales eléctricas
del mundo se sobrecargan, por más que los técnicos traten de desconectarlas y
terminan quemándose provocando incendios donde nadie puede llamar a los
bomberos. Todo es un caos. Todo es oscuridad. Nuestra civilización es
absolutamente dependiente de la electricidad. Toda nuestra tecnología se basa
en la corriente eléctrica. Nuestra estrella, el Sol, que mantiene la vida sobre
nuestro planeta con su luz y su calor, puede enviarnos de vez en cuando una
eyección de masa coronal: un torrente gigante de partículas cargadas
eléctricamente que viajando por el espacio llegan a nuestro planeta destruyendo
todo circuito electrónico a su paso. Es un acontecimiento normal para nuestro
astro, pero destructivo para nosotros. Acontecimientos como este ya se
produjeron varias veces en la historia. Pero esta vez el Homo Sapiens construyó
toda su tecnología en base a la electricidad.
Bienvenidos
al 310º programa de EL TERCER PLANETA.
Y
gracias por estar.
TITULARES
REFERENCIAS
MT =
Materia – NCYT = Noticia de la Ciencia y la Tecnología – BBCM = BBC Mundo – NEO
= Neofronteras – CO = Conicet – CP = Ciencia PLUS – ETN = Eso Top News –
CX = Ciencia Xataka – CN = Cosmos
Noticias - MNP = Martín Navarro París (Corresponsalia de El Tercer Planeta) -
RTSM= RT Sepa Mas. SINC=Serv.Infor.y Noti.Científico.
Proxima
b debería ser un mundo de color verde, pero no por las plantas
Un
mundo en órbita alrededor del vecino estelar más cercano del Sol debería
exhibir un tinte verde brillante, pero no necesariamente porque está cubierto
en plantas frondosas. Investigadores han encontrado una manera de caracterizar
las auroras potenciales en el
exoplaneta cercano Proxima Centauri b y encontraron
que, si el planeta muestra el oxígeno en su atmósfera, las auroras pueden dar a
la atmósfera un molde verdoso. Rodrigo Luger, un estudiante postdoctoral de la
Universidad de Washington, dirigió el estudio de cómo las auroras del planeta
podrían ser vistas desde la Tierra. "Las auroras boreales y australes
(sobre Proxima Centauri b) serían al menos 100 veces más brillantes que en la Tierra",
dijo a Space.com. Luger dijo que las auroras podrían ser tan brillantes como para
ser visibles con telescopios muy potentes. La estrella activa Proxima Centauri
se encuentra a sólo 4,2 años luz del sistema solar. Un pequeño mundo orbita en
la zona habitable de la estrella, la región donde el agua líquida podría
sobrevivir en la super ..(Seguir Leyendo)
“Dos
cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes,
cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo
estrellado sobre mí y la ley moral que habita en mi interior”.
Imannuel
Kant, filosofo prusiano
La roca
gigante que "rozará" la Tierra y servirá para probar un sistema de
alerta temprana de asteroides
Así es
el asteroide que pasará este jueves a las 05:41 GMT muy cerca de la Tierra.
Bautizada
2012 TC4, la roca evitará un encuentro con nuestro planeta pasando a una altura
de menos de 44.000 km (justo por encima del plano a 36.000 Km en el que se
encuentran cientos de satélites
geoestacionarios). Es decir, en su punto de
mayor cercanía, estará a un octavo de la distancia que separa a la Luna de la
Tierra. El regreso de Florence, el asteroide más grande que se ha acercado a la
Tierra desde que existe la NASA (y que no volverá hasta el 2500) Sin embargo,
ni su tamaño -tiene un ancho de entre 15 y 30 metros- ni la distancia, ni la
velocidad de 14 Km por segundo a la que viaja representan un peligro para
nuestro planeta o para los satélites que la orbitan, señaló la NASA. Es más,
avistamientos como estese producen a razón de tres al año. Pero lo que hace
especial a este asteroide en particular, es que fue elegido para poner a prueba
un sistema de alerta temprana para la visita de asteroides. "Es un caso
para entrenarnos", señaló Detlef Koshcny, investigador del programa para
la detección de objetos cercanos a la Tierra de la Agencia Espacial Europea
(ESA, por sus siglas en inglés). (Seguir Leyendo)
La
única diferencia entre Dios y yo es que yo existo.”
Friedrich Wilhelm
Nietzsche. Filosofo alemán
Haumea,
el más extraño de los compañeros de Plutón, tiene anillo
En los
confines del Sistema Solar, más allá de la órbita de Neptuno, existe un
cinturón de objetos compuestos de hielos y rocas entre los que destacan cuatro
planetas enanos: Plutón, Eris, Makemake y Haumea. Este último, el más
desconocido de todos, ha sido objeto de una campaña internacional de
observación que ha permitido determinar
sus principales
características físicas. El estudio, encabezado por astrónomos
del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) (España) y publicado en la
revista Nature, desvela la presencia de un anillo en torno al planeta enano Haumea. Los objetos
transneptunianos resultan muy difíciles de estudiar debido a su reducido
tamaño, a su bajo brillo y a las enormes distancias que nos separan de ellos.
Un método muy eficaz pero complejo reside en estudiar las ocultaciones
estelares, que consisten en la observación del paso de estos objetos por
delante de las estrellas de fondo (una especie de pequeño eclipse). Este método
permite determinar sus características físicas principales (tamaño, forma,
densidad) y ha sido también empleado con los planetas enanos Eris y Makemake
con excelentes resultados. "Predijimos que Haumea pasaría delante de una
estrella el 21 de enero del 2017, y doce telescopios de diez observatorios
europeos observaron el fenómeno -señala José Luis Ortiz, investigador del
Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que encabeza la
investigación-. Gracias a este
despliegue de medios hemos podido reconstruir con mucha precisión la forma y
tamaño del planeta enano Haumea, con el sorprendente resultado de que es
bastante más grande y menos reflectante de lo que se pensaba. También es mucho
menos denso de lo que se creía con anterioridad y esto soluciona algunas
incógnitas que estaban pendientes de resolver para este objeto". (SeguirLeyendo)
Un
escudo de 100.000 toneladas para proteger a la Tierra del Sol
Cientícos
de Harvard proponen colocar un escudo magnético gigante en órbita, para
defender a la Tierra de una eventual tormenta geomagnética resultado de una
fuerte llamarada solar.
El
estudio, liderado por Manasavi Lingam y Abraham Loeb del Centro Harvard
Smithsonian para Astrofísicos (CfA), apareció recientemente en arXiv, bajo el
título de "Estrategia de Impacto y
Mitigación para las futuras llamaradas
solares". Según explican, las llamaradas solares representan un riesgo
particularmente grave en el mundo de hoy, dependiente de las redes eléctricas,
especialmente sensibles a este tipo de eventos, y se convertirán en una amenaza
aún mayor debido a la creciente presencia de la humanidad en la órbita baja
terrestre, con satélites de comunicaciones y la propia Estación Espacial
Internacional. "En términos de riesgo desde el cielo, la mayor parte
de la atención en el pasado se dedicó a los asteroides", dijo Loeb a
Universe Today. "Mataron a los dinosaurios y su impacto físico en el
pasado fue el mismo que lo que será en el futuro, a menos que sus órbitas sean
desviadas.
Sin embargo, las llamaradas solares tienen poco impacto biológico y su impacto
principal está en la tecnología. Pero hace un siglo, no había mucha
infraestructura tecnológica alrededor ( explica en relación al Evento
Carrington), y la tecnología está creciendo exponencialmente. Por lo tanto, el
daño es altamente asimétrico entre el pasado y el futuro".(Seguir Leyendo)
“EL SOL
BRILLA LUMINOSO”, de Isaac Asimov, Editorial: PLAZA & JANÉS, 240 páginas,
año: 1983
Bioquímico de profesión, Isaac Asimov es
mundialmente famoso por su capacidad de divulgación científica. En este libro,
El Sol Brilla Luminoso, Asimov recopila una serie de artículos, publicados
en
diferentes revistas y actualizados por él mismo, con cuya selección trata de
abarcar los temas más candentes de la ciencia actual. Desde el origen, la
estructura y la evolución de las estrellas, haciéndo un énfasis especial en la
estrella que se halla más próxima a nosotros, el Sol, pasando por los cuerpos
que orbitan a su alrededor (planetas y satélites), hasta otros temas, tales
como los elementos químicos (base del mundo material y de la vida) y las
técnicas de clonación, de gran actualidad y tema permanente de polémica. Sin
embargo, Asimov no reflexiona sólo acerca del mundo material que nos rodea,
sino que se aventura también en el campo de la reflexión sobre el propio ser
humano y trata asimismo de las tareas desarrolladas por los científicos en
busca de nuevos avances y conocimientos.
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