LA CARACOLA
Por: Julio A. Guerrieri
(adaptado para EL TERCER PLANETA)
Y Mitsumi no podía dormir. A pesar del beso que la madre le
había dado a él y a su hermanita Tisu, el niño no conciliaba el sueño. La
siguió con la mirada mientras la mujer se aprestaba a acostarse cerca de ellos,
en esa humilde y pequeña habitación. Ladeó la cabeza y por la ventana
entreabierta pudo sentir la brisa fresca que venía del mar; miró hacia arriba y
le pareció que algunas estrellas se reflejaban en el agua, a la vez que un suave
murmullo de olas se dejaba oír desde la playa cercana. Un soplido apagó de
golpe la luz de la vela y un humeante puntito rojo de luz se observó por
algunos momentos hasta desaparecer. Tisu, como todas las noches, era la primera
en dormirse y la última en levantarse, pero el niño deseaba permanecer
despierto para esperar al jefe de la familia cuando arribara con todas las
redes repletas de salmones y arenques. Eran años muy difíciles. La guerra
dominaba todos los ámbitos y la escasez de alimentos se dejaba notar entre la
población más humilde. Los primeros resplandores del alba se hicieron presentes
y el cielo comenzó a cambiar su negrura tachonada de estrellas por un pardusco
semibrillante cada vez más claro. El lucero matutino comenzó a decrecer su brillo
y las bandadas de gaviotas volaban mar adentro en busca de alimento. Todo era
igual, todo parecía igual aquella mañana. De pronto, el corazón pareció darle
un vuelco; seis... ó siete pesqueros se divisaron sobre el horizonte cerca del
disco solar, cuya luz proyectaba luengas sombras en la joven y clara mañana.
Algunas mujeres comenzaban a llegar también a la playa a
esperar a sus hombres. La madre de Mitsumi no tardaría en llegar y sus enojos
se trocarían por la alegría de ver a toda la familia reunida de nuevo. Los
pesqueros seguían acercándose y ya se podía ver el agua golpeando en sus proas
de madera y sus redes atadas a los mástiles que contrastaban sobre el fondo
azul del cielo.
A bordo, el padre del niño estaba buscando con la mirada a
su familia . . .
El alborozado Mitsumi sintió algo detrás de él. Una luz
blanca é hirviente encendió instantáneamente sus cabellos y su cuerpo quedó
carbonizado hasta la cintura. La gente detrás de suyo se había evaporado. No se
oyó ningún grito. En el barco, el calor quemó las manos y la cara del padre y
lo arrojó desmayado sobre cubierta, a la vez que un viento huracanado hacía
zozobrar a toda la flotilla pesquera. Algunos hombres en el agua observaron que
la ciudad había desaparecido. Lejos de allí, la tripulación de un avión
extranjero era testigo de lo ocurrido.
El trozo quemado y resquebrajado de una caracola quedó
semienterrado en la arena, esperando que algún otro niño lo levantara, de
aquellas playas de Hiroshima.-
Bienvenidos al 145º programa de EL TERCER PLANETA
Y gracias por estar
Panorama de Egipto en
el siglo V
Tras la muerte de
ALEJANDRO MAGNO Egipto fue gobernado por los reyes Ptolomeos hasta el año 30 AC
en el que pasó a formar parte del Imperio Romano como provincia de Egipto.
La ciudad de
ALEJANDRÍA fue el núcleo comercial por excelencia en todas las costas del
Mediterráneo y el centro del saber de todo el mundo antiguo. Allí se practicó
la Medicina, la Geodesia y la Mecánica. Se estudió y enseñó Filosofía,
Botánica, Zoología, Mineralogía,
Matemática y Astronomía durante siglos. El Museo y la Biblioteca eran el
orgullo de la esplendorosa ciudad donde llegaron a albergar un millón de
libros.
Durante el siglo V
Alejandría estaba en medio de grandes fuerzas opuestas: la antigua religión
politeísta romana egipcia que trataba de perdurar frente al creciente é
imparable monoteísmo cristiano. En tales condiciones, la prosperidad de la
CIENCIA tenía un destino marcado . . .
y completamente funesto.
OBSERVAR EL CIELO A TRAVES DE LA RADIO
Hoy en nuestra sección observamos el cielo que tal vez vio Hipatia en sus últimos días por que es la misma, fecha y mes pero de hace 1598 años
SECCION FLOTANTE
Hoy: La Maquina del Tiempo
Proyecto HIPATIA
ESTE ES UN PROYECTO RADIAL QUE TIENE POR OBJETO
REIVINDICAR LA FIGURA HISTÓRICA DE LA GRAN ASTRÓNOMA HIPATIA QUIEN FUERA
RECONOCIDA COMO LA PRIMERA MUJER CIENTÍFICA DE LA HISTORIA
Elenco:
Hipatia: Rocío
Baldonedo
Orestes: Nahuel
Guerrieri
Sergio: Sergio
Rubinetti
Julio: Julio
Guerrieri
Guión: Julio
Guerrieri
Fotografía, video y efectos especiales: Cristian
Dadam
SERGIO: ¿Julio, tenemos las coordenadas espaciotemporales
correctas?
JULIO: Espero que si, las voy a cargar en el navegador .. el
monitor muestra el norte de Egipto en una de las desembocaduras del río Nilo.
SERGIO: Perfecto... Julio, estoy nervioso . . . es la
primera vez que vamos a interactuar con nuestro protagonista histórico !
JULIO: Sí Sergio, pero solamente porque sabemos lo que
lamentablemente le va a ocurrir, sino el riesgo sería muy grande !
SERGIO: Sí por supuesto, nosotros podríamos no volver a
nuestro Universo tal y como lo conocemos.
JULIO: Lo bueno es que además de la Máquina del Tiempo . . .
SERGIO: . . .Tenemos la Traductora Universal Instantánea!
JULIO: ¿Sabés algo? Me siento ridículo con esta ropa.
SERGIO: “Adonde fueres haz lo que vieres”, Julio.
SERGIO: …Agarráte Julio en 5 segundos salimos!
JULIO: Pone bien las coordenadas y la velocidad…vamos!!
SERGIO: Julio, estamos estabilizados.
JULIO: Estoy haciendo algunos ajustes en 20 segundos nos
sincronizamos con la época…. Sergio
prepárate!!!
SERGIO: No veo la hora de estar en Alejandriaaa!!!!!
SERGIO: Que viaje! Llegamos Julio, apaguemos la máquina!
JULIO: Si, apaguemos las alarmas internas.
SERGIO: Que paisaje! Mira! Caminemos! estamos a metros de la
entrada a la ciudad de Alejandría …¿qué hora será?!
JULIO: Hemos llegado de día. . . y por la posición del Sol
parece ser la mañana.
SERGIO: Ah! es la hora en la que Hipatia daba sus clases en
el ágora. . . parece que hicimos bien los cálculos, Julio!
JULIO: Cuanta gente!!! me impresiona caminar entre ellos,
mira! Que construcciones, mira los vendedores y los monumentos, cuantas
culturas juntas!!!
SERGIO: Estoy entusiasmado y asustado tengo muchas
sensaciones Julio! Este lugar es increíble!!! Tenés razón, mira ahí hay un
grupos de distintas religiones Menos mal que trajimos la vestimenta adecuada
para que no se den cuenta de nuestra presencia!
JULIO: Si! y que llegamos a 200 metros de entrada de la
ciudad y no caímos adentro!, fue una buena idea dejar la máquina oculta detrás
de aquella colina. Vayamos hacia allá. Mmm . .. ésta es el Ágora, centro social
y comercial de Alejandría y más allá está el museo con la Biblioteca, ahí
tenemos que lograr entrar, Hipatia ya debe estar dando sus clases! Entremos.
SERGIO: Huy mirá ése parece ser Orestes, uno de sus alumnos.
JULIO: Preguntémosle si podemos entrar.
SERGIO: Que los dioses te protejan!
Mi amigo y yo queremos presenciar una clase de Hipatia,
podemos pasar?
ORESTES: Quienes son ustedes?
JULIO: Somos viajeros. . . venimos de muy lejos . . .
ORESTES: Pasen y siéntense donde quieran, pero no
interrumpan a Hipatia.
HIPATIA: . . . Porque la naturaleza es el verdadero espejo
de la realidad. En ella y solo a través de ella se manifiestan todas las cosas
. . . hasta los mismos pensamientos. Miren a las aves como pueden volar por el
aire. Vean el generoso Nilo: alimenta nuestras cosechas porque las lluvias en
el sur le dan caudal y tanto el aire como la lluvia son naturales. Ésa es la
realidad del mundo y no otra.
JULIO: Es más hermosa de lo que yo pensaba.
SERGIO: Sí es una mujer muy bonita. Muchos alumnos deben
enamorarse de ella.
ORESTES: Pero Hipatia con ese razonamiento, . . . qué lugar
le dejas entonces a los dioses ?
HIPATIA: Los dioses sólo están en el pensamiento de los
hombres y yo les dije que hasta los pensamientos pertenecen a la naturaleza y
por lo tanto los mismísimos dioses pertenecen en pensamiento a la Naturaleza
que los abarca y está por encima de todos ellos.
HIPATIA: ¿Quienes son ustedes?
SERGIO: Somos viajeros de ultramar que hemos venido de muy
lejos.
JULIO: Pero sólo estamos de paso por unas horas y volveremos
a nuestra tierra.
HIPATIA: Adonde vayan digan que todos los hombres son
bienvenidos en Alejandría para estudiar. Nuestra Biblioteca la hicieron ustedes
quienes viajan durante todo el año por todo el mundo trayendo libros para que
los demás aprendan los conocimientos de todas las civilizaciones de nuestro
mundo.
SERGIO: Hipatia nos sentimos honrados de estar aquí. Deseo
preguntarte algo: ¿qué es la Ciencia?
HIPATIA: Detrás de mi existen muchas generaciones de gente
sabia. Y esas generaciones me enseñaron distintos senderos para interpretar a
través de nuestros sentidos y con un análisis crítico todos los fenómenos y
leyes naturales de nuestro maravilloso Cosmos. Y todos esos senderos se juntan
en un gran camino principal que me lleva finalmente a la sabiduría. A ese
camino yo lo llamo Ciencia. . . Y es un camino como cualquier otro. Algunos
quieren andarlo, otros prefieren evitarlo y transitar por otro. Yo decidí
caminarlo no solo porque me agrada sino también porque estoy convencida que
debo mostrárselo a los demás, como hago ahora con ustedes, pero cada uno debe
decidir por si mismo. Eso es la libertad de pensamiento. Nadie puede amar a la
Ciencia si es esclavo de sus propios prejuicios.
JULIO: Hipatia, deseo preguntarte sobre los dioses errantes
en el cielo nocturno.
HIPATIA: Primero debo decirte que no se trata de dioses.
Porque los dioses, si existiesen, se manifestarían a los mortales de una forma
distinta y no tan aburrida.
HIPATIA: Lo que observamos es la realidad, pero no siempre
interpretamos correctamente esa realidad. Por ejemplo, en el cielo vemos que
Marte a mediado del año avanza hacia el poniente sobre el resto de las
estrellas, pero de repente, parece detenerse por un par de días, para luego
comenzar a retroceder durante varios días más y finalmente retoma su camino.
¿Cómo se puede interpretar esto?
ORESTES: Conozco la respuesta Hipatia.
HIPATIA: Te escuchamos Orestes.
ORESTES: Los Epiciclos. Está claro que mirando el movimiento
en el cielo durante muchos años, queda esa alternativa como la única solución
al problema.
HIPATIA: Orestes, aunque mires el cielo por miríadas de
años, eso no significa que sea correcta la interpretación del fenómeno que
estamos presenciando. En primer lugar, el sistema de los Epiciclos fue ideado
como una posible solución por el gran geómetra jonio Apolonio de Pérgamo hace
más de seis siglos. Apolonio fue uno de los baluartes de esta biblioteca y su
memoria reside entre estas paredes. Pero también Apolonio nos legó las curvas
cónicas que estudió la mayor parte de su vida. Estas maravillosas curvas se
muestran a través de la relación que existe entre un plano y el ángulo de corte
sobre un cono recto, que no es más que un triángulo rectángulo girando sobre si
mismo. Claudio Ptolomeo otro insigne Astrónomo de esta Biblioteca, hace 245
años tomó el modelo de los Epiciclos de Apolonio para su libro Almagesto donde
establece a nuestro mundo como centro del Cosmos con el Sol, la Luna, los
planetas y las estrellas girando en torno de él. En este modelo, los Epiciclos
se hacen necesarios para explicar el movimiento de los planetas. Pero todos
nosotros debemos recordar la memoria de Aristarco de Samos. Este gran Astrónomo
y Matemático también honró a estos muros con su presencia hace ya 645 años. Sus
trabajos se basaron en el sistema Heliocéntrico, donde es el Sol el centro del
Sistema y todos los planetas incluido nuestro mundo giran en torno de él.
HIPATIA: He calculado que tomando una de las curvas cónicas
de Apolonio y el sistema Heliocéntrico de Aristarco . . . el movimiento de
todos los planetas en el cielo estaría resuelto.
JULIO: ¿Cuál sería esa curva para los planetas, Hipatia?
HIPATIA: La elipse.
SERGIO: (Risa fuerte)
HIPATIA: ¿Qué te ocurre Sergio, que te ha dado un ataque de
risa?
ORESTES: ¡Más respeto hacia nuestra maestra! ¡No vamos a
tolerar que un extranjero la insulte de esta forma!
JULIO: No! No! Por favor, nadie le desea faltar el respeto a
Hipatia y menos mí amigo.
JULIO: Sergio vas a
hacer que nos maten aquí.
SERGIO: Sabés qué
pasa Julio, es que tuvimos que esperar mil años más para saber la verdad. La
historia está llena de estupideces y las verdades permanecen ocultas.
JULIO: Hipatia no es
. . . común escuchar palabras como las suyas . . .
(Interrumpiendo)
HIPATIA: ¡¿Por qué?!
¡¿Por qué soy mujer?!
SERGIO: Julio
arreglá esta situación porque acá nos
cortan la cabeza . . .
JULIO: Mi intención no es la de ofenderte Hipatia, sino la
de aprender.
HIPATIA: ¿Cuál es tu nombre viajero y el de tu amigo?
JULIO: Mi nombre es Julio.
SERGIO: Y el mío Sergio.
HIPATIA: Mmm . . .Julio significa que tienes raíces fuertes
y ojalá así sea para mantenerte en lo alto con tus convicciones y Sergio significa guardián que seguramente sabrás defender tus ideas frente
a los que quieran cambiártelas.
SERGIO: Hipatia, vemos miles y miles de libros en la
Biblioteca. ¿Quién cuida de ellos?
HIPATIA: Las flores crecen silvestres en el campo y nadie
las cuida. Sin embargo, cada primavera están
siempre allí. Esto ocurre porque encuentran una tierra fértil donde
germinar, crecer fuertes y poder reproducirse. Y su polen viaja lejos, de la
misma manera los mercaderes como las abejas llevan los libros de un lugar a
otro polinizando el saber en el mundo. Acá no acaparamos el conocimiento. Sólo
lo administramos. El conocimiento es de todos. Sin embargo, si algún día llega
el fuego y la destrucción, quisiera saber quien de vosotros estará aquí
blandiendo su espada para defender todos estos milenios de cultura.
JULIO: Emm ... yo quiero preguntar algo sin ofender a nadie:
veo aquí gente que no es pobre. Esto significa, Hipatia, que sólo los ricos
tienen acceso y derecho a la cultura, el saber y la Ciencia?
HIPATIA: No me han dicho exactamente de dónde vienen ustedes
dos, aunque por sus nombres podrían llegar de la mismísima Roma para espiarnos
. . . pero te diré lo siguiente y todos escuchen por si alguno deseaba
preguntar los mismo y no se atrevía: Cuando Alejandro Magno fundó esta ciudad
poniéndole su propio nombre, hace 747 años, como buen Macedonio educado en la
más alta escuela cultural griega y alumno del mismísimo Aristóteles, quiso para
su ciudad una educación similar a la
recibida por él. Y los reyes Ptolomeos que le sucedieron también pensaban lo
mismo. Y así fue aplicado hasta el día de hoy a pesar de las presiones
religiosas a las que estamos siendo sometidos por estos días. La educación en
Alejandría es de libre elección y libre mercado. El que tiene más poder
económico pagará más y el que tiene menos pagará menos sin que ello modifique
en un ápice la calidad de la enseñanza. Todos aquí dentro tienen derecho al
saber.
SERGIO: Pero ... y el que no tiene nada de recursos?
HIPATIA: Acaso, Sergio, cuando vas por los caminos en un día
totalmente despejado, el sol alumbra para algunos árboles y a otros no? Del
mismo modo aquí que es un lugar público, ves a alguien a quien se le haya
pedido que se tape los oídos para no escucharme? Tu presencia y la de Julio son
la prueba de lo que estoy diciendo.
ORESTES: (exaltado) Pero ustedes han venido aquí a criticar
a nuestra maestra? No serán ustedes discípulos de Cirilo? No querrán escuchar
argumentos para usarlos después en contra de Hipatia? ¡!¿Han entrado armados al
Ágora?!!
SERGIO: A todos los aquí presentes les decimos: ¡nosotros
amamos la Ciencia!
¡Y hemos venido aquí porque sabemos lo que ocurrirá dentro
de poco!
JULIO: ¡¡ No
Sergio!! ¡No! ... por favor. No es
nuestra función. Ya sé lo que sentís, pero no podemos hacer nada.
HIPATIA: Orestes, tú los trajiste? Quienes son estos
hombres?
ORESTES: Como ya han dicho que son viajeros, no hemos
encontrado ninguna nave fondeada recientemente en el puerto, quizá nos hayan
mentido. Llamaré a la guardia romana para que se los lleven. ¡Guardias!
¡Guardias!.
HIPATIA: Espera Orestes, déjalos. No están armados. Y a
ustedes dos les digo: éste es un centro del saber y son bienvenidos siempre y
cuando respeten la paz y la libertad de este lugar.
JULIO: Sí Hipatia no deseamos alterar nada de eso. Lo que mi
amigo quiso decir es que . . .
HIPATIA: ¿Qué? . . . ¿ve el futuro? ¿Acaso consultaron con
el Oráculo de Delfos antes de venir a verme? Yo les digo que nadie puede
predecir el futuro. Porque cada uno de nosotros forjamos nuestro propio
destino. Y aquí no hablamos de eso, sino de la enseñanza que nos dejaron
nuestros antecesores.
SERGIO: Como Eratóstenes.
HIPATIA: ¿qué sabes tú, Sergio, de Eratóstenes? ¿Acaso has
oído hablar de él?
¿Sabes quien fue ó qué cosas hizo?
SERGIO: Eratóstenes
de Cirene, hijo de Aglaus, estudió en la Academia de Atenas y fue director de
ésta biblioteca que tú diriges hoy...
JULIO: ¡ y medidor
del la circunferencia de nuestro mundo!
HIPATIA: Que los guardias se retiren. Sigamos con la clase
sobre el tema del que estábamos hablando justo antes de la llegada de los . . . viajeros.
JULIO: Sergio hemos salvado nuestras vidas.
SERGIO: Sí Julio pero quedó muy impresionada. Poca gente
fuera de los maestros conoce a Eratóstenes y su historia.
JULIO: ¿Querés decir que sospecha algo?
SERGIO: Por supuesto, pero su formación científica le impide
decir cualquier cosa. Ella se basa en pruebas igual que los científicos
modernos con el Método Científico Experimental y aunque sospeche algo no lo va
a decir en público.
HIPATIA: De la escuela filosófica Sofista aprendimos a
conocer uno de los tesoros más importantes de la persona: el habla. Y diversos
sistemas educativos adoptaron formas de enseñanza que tenían que ver con ella.
Por ejemplo tenemos el Trivium que contenía a la Gramática que es todo lo
relacionado con el estudio de la propia lengua, la Retórica que estudia las
figuras que emanan de la oratoria, y la Dialéctica que es la expresión de la
lógica y de la razón. Pero esto no alcanza. Porque vivimos en un Cosmos inmenso
y precisamente necesitamos estas herramientas para comunicar a los demás la
forma de interpretar las leyes de la Naturaleza. Pero la interpretación misma
necesita de otras herramientas. Para eso tenemos el Quadrivium que fuera creado
por Pitágoras y perfeccionado por sus seguidores y que comprendía a la
Aritmética, para comprender a los números, la Geometría, para comprender las
figuras, los cuerpos y los ángulos, la Música, para entender el sonido de las
esferas celestes y la Astronomía para estudiar todo el Cosmos.
SERGIO: Julio,
Hipatia dijo que hace 747 años que Alejandro fundó su ciudad.
JULIO: Sí, ¿Y...? ¿qué me querés decir?
SERGIO: Que Alejandría fue fundada en el 332 antes de
nuestra era.
JULIO: Entonces . . .
SERGIO: Que 747 años después se llega al año 415 de nuestra
era.
JULIO: El año en el que asesinaron a Hipatia.
SERGIO: Exacto.
JULIO: Pero ya dijimos que no podemos hacer nada.
SERGIO: Pero Julio,
¡no podemos permitir que esa horda asesine a Hipatia!
HIPATIA: Querías preguntarme algo, Sergio?
SERGIO: Emm . . . no, bueno ... si.
JULIO: Sergiooo .....
SERGIO: ¿Qué harías tú Hipatia si supieras que a un amigo
tuyo le fuera a pasar algo malo y que si se lo advirtieras podrías cambiar el
orden de las cosas?
HIPATIA: ¿El orden de qué cosas, Sergio?
SERGIO: El orden del mismísimo Cosmos.
HIPATIA: ¡Silencio por favor! ¿Conoces la jungla, Sergio?
SERGIO: Sí, Hipatia.
HIPATIA: En ella, cuando un león vence a otro dominante,
toma posesión del grupo y lo primero que hace es matar y devorar a todos los
cachorros de las hembras que de ahora en más serán suyas. Parece una crueldad,
¿no es cierto? De la misma manera ocurriría en el caso que tú mencionas. Cosas
que parecen crueles a los sentimientos de las personas, a veces son necesarias
para que se produzcan cambios fundamentales en el futuro que ninguno de
nosotros sería capaz de imaginar. Así que Sergio, “El guardián”, no te
preocupes por tu amigo, porque quizá su sacrificio no será en vano y servirá de
ejemplo a las generaciones futuras quizá en algún tipo de enseñanza y por ello
seguramente será recordado para siempre,
JULIO: Sergio, ya es hora. Nos tenemos que ir. El portal de
la Máquina nos espera. Vamos amigo.
SERGIO: No la podemos abandonar . . .
ORESTES: ¡Hipatia! ¡Hay desorden en las calles! ¡Hay
seguidores de Cirilo gritando consignas en contra de este centro del saber!
JULIO: Venerable Hipatia: Sergio y yo queremos agradecerte
tu hospitalidad y enseñanzas. Queremos decirte que siempre te recordaremos y
que llevaremos el ejemplo y el consejo de tu sabiduría al lugar de donde
provenimos. Muchas gracias por todo.
SERGIO: Nos despedimos Hipatia, con la convicción de que es
necesaria la aparición de mujeres científicas y sabias como tú a lo largo de la
Historia.
HIPATIA: Vayan viajeros y que la Naturaleza y el destino que
ustedes mismos se forjan les permita seguir viajando . . . por donde sea.
JULIO: Dále Sergio! Apuráte! Debemos correr hasta la colina
donde dejamos la Máquina. Vamos, dejá de mirar para atrás, ya hicimos todo lo
que pudimos!
SERGIO: ¿Realmente te parece que hicimos todo lo que
pudimos?
JULIO: ¡Mirá, han comenzado a entrar al Ágora con palos,
piedras y antorchas encendidas! ¡Son muchísimos!
SERGIO: Están gritando . . . ¡muerte a la bruja!
JULIO: ¿Sergio adónde vas? Sergio, no!! Vas a hacer que te
maten!!
SERGIO: ¡Soltáme Julio! ¡Por favor soltáme!
JULIO: Esperá!, Esperá por favor! Pensá en tu familia! Qué
les voy a decir si vuelvo sin vos? escucháme: ella misma te dijo que a través
de su muerte sería recordada para siempre. Tranquilizáte. Y vámonos de aquí.
Volvamos a casa que nuestras familias nos esperan.
SERGIO: La están asesinando por amar a la Ciencia.
JULIO: Sergio . . .
SERGIO: Si, Julio.
JULIO: Veo tus ojos . . . vidriosos.
FIN
EL LIBRO
No es un texto de los que Julio Guerrieri nos comenta habitualmente en esta sección, no tiene cantidad de paginas ni editorial que lo halla publicado, es el epilogo de un proyecto.
La vida de todas las estrellas del cielo
transcurre entre dos fuerzas opuestas. Cuando una de ellas se debilita, la otra
toma el control y produce grandes cambios. Hipatia fue la última estrella que brilló en el
mundo antiguo. Su vida transcurrió como la vida de las
estrellas: en medio de la lucha por el poder entre el antiguo paganismo y el
nuevo cristianismo. HIPATIA fue víctima del fanatismo religioso.
Cirilo, el obispo de Alejandría, odiaba a HIPATIA porque era muy inteligente,
hermosa, científica, formaba corriente de pensamiento y sobre todo, porque era
Mujer. Un día regresando a su casa fue atacada por una
turba de seguidores de Cirilo. La bajaron del carruaje, la golpearon y la
desnudaron. Luego la ataron al carruaje y la arrastraron por la ciudad hasta la
catedral. Allí procedieron a descuartizarla viva utilizando valvas marinas. Sus
restos fueron paseados por Alejandría a modo de ejemplo. Finalmente fueron
incinerados junto con todos sus libros. Cirilo fue nombrado santo.
Pero el recuerdo de HIPATIA nunca pudo ser borrado
de la historia. Y mientras exista una sola persona que la mencione, su memoria
seguirá viva en el pensamiento de quienes aman lo mismo que ella amaba: LA VERDAD. (J.G)
Éste es el homenaje que hace EL TERCER PLANETA a
la figura de HIPATIA.
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